lunes, 22 de abril de 2013

EDIFICIO DE EQUIPAMIENTOS Y VIVIENDAS EN C/ LONDRES-VILLARROEL (BCN)



Premios: Premio IX Bienal de Arquitectura Española / Premio Ciudad de Barcelona 2006





Arquitectos: Jaime Coll y Judith Leclerc


Es un proyecto ganador en enero del 2001 de un concurso de ideas para la construcción de un conjunto de equipamientos y recuperación del patio de manzana en uno de los últimos solares vacíos municipales del Ensanche de Barcelona.





En las bases del concurso aparecía el solar dividido en dos partes: el chaflán norte, sin sol y poca ventilación,para edificar viviendas para jóvenes de unos 40 m2, y el frente a calle Londres, para una escuela de infantil y primaria, cuya edificabilidad era muy superior a la que se iba a utilizar. 






Nuestra propuesta propone recuperar una tipologia apenas experimentada en el Ensanche, el bloque “Mediterráneo” de Antonio Bonet, un híbrido que no buscaba tanto romper con las reglas de Cerdá, sino de explorar el verdadero potencial de aquellas ordenanzas que nunca fueron aprobadas, las que permitían homologar los accidentes como un componente habitual, no excepcional del Ensanche: los pasajes, talleres en planta baja, patios en fachada, chaflanes singulares...la preocupación además por unas aceras que no permiten alejar al peatón de los coches, elemento inexistente en el s. XIX. Bonet redefine la planta baja, las aceras, los retranqueos y alineaciones adaptándolas a 1960.









Nuestro proyecto extiende la preocupación de Bonet por ampliar las aceras, o alejar al peatón de la circulación rodada hasta el extremo de conectar visual y físicamente calle Londres con un parque en el interior de manzana, recuperar una idea de manzana permeable que está en el origen del Ensanche. Calle Londres amplia sus 20 metros con una sucesión de espacios paralelos, un código de barras en el cual las franjas friccionan entre sí, alternándose llenos y vacíos, luz y edificación, creándose relaciones visuales y conexiones transversales entre calle e interior de manzana.











El proyecto ocupa los 28,5 metros de profundidad fraccionando la edificación en volúmenes estrechos, paralelos y escalonados de norte a sur, permite que el sol llegue tanto a las viviendas como a las aulas infantiles, evita la compacidad y los patios de ventilación típicos del Ensanche, y consigue que dos programas diferentes (escolar y vivienda) coexistan y dialoguen. Entre estos dos programas aparece un pasaje, vestíbulo o patio de acceso a la escuela, que descongestiona unas aceras que no pueden acoger las bolsas de estudiantes que habitualmente se generan en los accesos a las escuelas.


































La propuesta por tanto propone una recalificación de los accesos, circulaciones y espacios abiertos (patios, balcones, cubiertas) que se convierten en espacios de relación e intercambio, con sol y ventilación. El conjunto funciona como una ciudad en miniatura.

El bloque de viviendas se organiza con un pórtico de 7,5 metros de profundidad, consiguiendo 45 apartamentos de 45 m2 con ventilación natural cruzada y totalmente soleados gracias a su escasa profundidad. Se accede mediante pasarelas industriales colgadas sobre el pasaje y separadas 2 metros de la fachada sur, de manera que para llegar a la vivienda se cruzan balcones-puente; 2,5 m2 de porche de entrada, un espacio polivalente donde se podrá dejar la bicicleta, tender la ropa, tomar el sol o llenarlo de plantas. Es como si hubiéramos apilado casas unifamiliares en altura.






























A continuación se muestran fotografías de los accesos a la guardería y colegio junto con sus instalaciones.

















Fuentes: El Croquis (nº 142)

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